DEMASIADO TEMPRANO PARA LAGRIMAS

DOLINA: ASADITOS EN EL BALCON: Si no tiene parrilla, ni fondo, ni jardín, ni parque, pero si antojo de comerse un asado, hay un recurso para improvisar una pequeña parrilla en el balcón. Tome una maceta alta, de unos 50 centímetros de diámetro, coloque adentro un carbón encendido. Para ubicar la carne apoye una rejilla metálica... Saca del baño la rejilla...

STRONATTI: La sacude un poco.

DOLINA: ¡La sacude un poco! Más que nada del lado de abajo. Tienen unas cosas grises... Para ubicar la carne apóyela en la rejilla metálica. De esta manera la carne se cocinará lentamente ¿eh?... Una basura.

STRONATTI: ¿Y el humo? Contento el del piso de arriba.

DOLINA: Invítelo. Pruébelo y verá que rico sale

STRONATTI: Un gusto a jabón tiene con la rejilla del baño...

DOLINA:...¿Y si usted mete carbón adentro de la rejilla del baño? ¿Vio que la rejilla del baño tiene un agujero? Adentro le mete tres, cuatro paladas de carbón. Y arriba le pone un pedazo de azotillo... Mientras usted se baña... A ver si me entiende bien: primero tiene que tapar la bañadera, porque si no el agua que sale de la bañadera, pasa por la rejilla y le apaga las brasas.

STRONATTI: Ahh...

DOLINA: Tapa bien la bañadera ¿no?. Adentro de la rejilla tres o cuatro paladas de carbón encendido. La rejilla otra vez arriba. Lleva al baño dos o tres choricitos, los pone ahí arriba, se mete y se baña. Mientras tanto se van haciendo los chorizos.

STRONATTI: Y los va controlando usted.

DOLINA: Uno los va controlando, los mira, cada tanto los da vuelta para que se cocinen parejo. Tenga cuidado ¡por favor! cuando sale del baño. No vaya a pisar la rejilla.

STRONATTI: O el piso mismo

DOLINA: El piso mismo, se calienta el piso. Tiene que quedarse tranquilo...

STRONATTI: Y lo come en la bañadera.

DOLINA: Desde la bañadera. Ojo, despacito agarra los chorizos...incluso un pedazo de pan. Que ¿sabe donde lo pone el pedazo de pan?

STRONATTI: Ni me imagino

DOLINA: En la jabonera.

STRONATTI: Ahhh.

DOLINA: Caza el pedazo de pan... y adentro mismo de la bañadera el chorizo... y se lo come... chimichurri en el botiquín...

(aplausos)

DOLINA: Viene un chimichurri en aerosol ¡Uhhhh! que es fantástico. Después el segundo chorizo...unos sánguches. Después tira un poquito de agua ya, abre y apaga las brasas. Ahora, tenga cuidado, le insisto: suena el teléfono o algo, no vaya a salir corriendo, porque llega a pisar un chorizo incandescente y le queda atravesado entre los dedos y no lo puede sacar ¿sabes qué?.

STRONATTI: No hay reclamo.

DOLINA: A los gritos, ahí. Un drama. Salen todos en el diario. La foto suya, usted.

STRONATTI: De cuando tenía catorce años.

DOLINA: Si, de la colimba. Dicee..."Drama en Villa Lugano: pisó un chorizo incandescente..." y aparece usted. Es una buena idea hacer asado en el baño.

Lionel Godoy tenía un público de años que todas las noches, de 22 a 1, sintonizaba Radio El Mundo y oía, por tradición, "La noche con amigos". En el programa se sucedían los temas de los artistas de siempre aunque, contrariamente a la mayoría de los ciclos de tango, "La noche con amigos" no era gardeliano, sino más bien sosista (de Julio, no de Mercedes ni de Patricia). "El varón del tango" era el líder y Carlitos tenía que ir a cantarle a Rivadavia.

Viejas grabaciones de la orquesta de Alfredo D'Angelis se emitían diariamente en el micro de "El Glostora Tango Club", la cita de la juventud triunfadora. Y el programa también tenía su momento cultural: José Narovsky nos explicaba en su columna "Un aforismo y su historia", el origen, por ejemplo, de la frase "Hay quien tira un vidrio en la playa... y hay quien se agacha para recogerlo".

Me gustaba el programa. Por esa época padecía un terrible insomnio y pequeñas dosis de "La noche con amigos" me dejaban planchado hasta el día siguiente.

Cuando Mercedes Benz decidió poner un programa al final de "La noche con amigos" llamó a dos tipos de barrio, capaces de mantener entretenidos a los camioneros, porque en radio la noche era para el hogar y la trasnoche para los camioneros. "Demasiado tarde para lágrimas" se iba a llamar ese programa conducido por Alejandro Dolina y Adolfo Castelo.

La fórmula remozaba cosas que Dolina, con Mactas y Ulanovsky, había hecho años atrás en un programa llamado "Mañanitas nocturnas". En ese ciclo había nacido el sordo Gancé, pianista estable de la emisora, que interpretaba temas a pedido de los oyentes.

Lo cierto es que el programa funcionó más allá de los camioneros y el estudio se comenzó a poblar de hordas de adolescentes que aplaudían a ese porteño melancólico que hablaba de mitología y faina en un mismo programa. Y yo ya no me quejaría de mi insomnio. Ya nadie lo haría. La trasnoche podía ser para reírse a carcajadas y Portal y Tinelli entendieron la idea.

Dolina elegía un artículo de una revista y con Castelo iban haciendo acotaciones. Esa era toda la ciencia del programa. Pero lo hacían de maravillas. Hasta que Castelo se fue. Dolina fue rápido en el reemplazo. Puso a un locutor oriundo de la localidad 25 de mayo que había empezado como vendedor publicitario de la radio, después hizo una suplencia de locución en la trasnoche y después cubrió a Castelo un par de veces. Guillermo Aidor Stronatti era la nueva pareja artística del Negro Dolina y la dupla causaría sensación.

El estudio quedaba chico para tanto público y los viernes tenían que transmitir desde el auditorio del Sindicato del Seguro. Después, casi como por lógica consecuencia, llegaría la televisión, el teatro en Mar del Plata, las notas en las revistas de actualidad y siempre las mismas preguntas "¿A qué atribuye el éxito del programa?" y "¿Esperaba que los jóvenes fuesen su público?". Era la gloria.

Un día de abril el Negro Dolina llamó a mi casa.

-¿Barba? Habla Dolina

-¡Negro! ¿Cómo andás? Escucho siempre tu programa...

-Por eso te llamaba. Stronatti se toma un par de días que le deben en la radio y como me dijeron que estás sin laburo...

-¿Cuánto tengo que pagar?

Esa misma noche estuve dos horas antes en la radio. Demasiado temprano para risas. El negro llegó doce menos cuarto y nos fuimos directamente al estudio. 'Vos ya sabés como es esto'. 'Siii...' le dije y pensaba que sabía. Era decir frases graciosas y darle el pie a Dolina. Apenas eso.

DOLINA: ¿Cómo dar personalidad a un departamento donde vive un hombre sólo o a un dormitorio varonil? ¿Como hacer para que, con solo asomarse, el visitante diga, "aquí duerme un señor"?. Vamos a ver. Es más sencillo de resolver si se trata de decorar un escritorio donde los muebles y los accesorios suelen bastarse por si mismos para caracterizar el lugar. Tal vez. Para dar ese tono varonil tan buscado... bueno, por ejemplo usted le puede poner en la puerta un cartel "Aquí duerme un tipo". Y ya empezamos bien. ¿eh?. Lo otro es por ejemplo no tener costureros a la vista. Incluso dejar el ropero abierto...

YO: Unas medias tiradas...

DOLINA: ¡Ahí vamos bien!.

(Vamos bien. No era tan difícil)

DOLINA: Las medias tiradas, los tamangos primero: uno mirando pa'rriba otro pa'bajo y adentro las medias, saliendo ahí para el costadito.

YO: Si se ve el agujero, mejor.

(El público se empezaba a reír con lo que yo decía)

DOLINA: Mejor todavía. Fotos... pegadas: Mario Boyé... Laura Hidalgo, esas cosas. Pegado medio torcido ¿vió?... con cinta aisladora. Vamos bien. Usted en la puerta ya vio escrito, entró, vio los zapatos, vio la foto... ya... dice... "una colegiala aquí no". No es aquí. Y el ropero abierto no está mal, porque en el ropero abierto se ven las pilchas. Entonces, ahí están, los pantalones mal colgados, el breto.

YO: El pijama...

DOLINA: No. ¿que pijama?

(Metí la pata)

DOLINA: Bien. Y se ve que son pilchas de hombre las que están colgadas. Y al estar del todo abierta la puerta del ropero, se ven dos clavitos y un elástico colgando ¿no? Y colgando del elástico, las corbatas. ¿Usted cómo cuelga las corbatas?

YO: El elástico.

DOLINA: El elástico o un piolín...

(Efectivo, pero tengo que hablar más)

DOLINA: El elástico es mejor, porque usted tira y no se rompe. El piolín a veces se rompe. Y ahí las corbatas... las corbatas, pedazos de hilo que uno encuentra y los mete ahí porque no sabe que hacer con ellos, cinturones, tiradores.

YO: ¿Usa tiradores usted?

DOLINA: No, pero nunca falta un tirador que uno tiene ahí, que por no tirarlo lo guarda. ¿Se acuerda de esos cinturones que había que eran elásticos como los tiradores?

YO: No, no me acuerdo.

DOLINA: ¿Cómo no se acuerda?

(No, no me acuerdo)

DOLINA: Que eran elásticos y venían con una hebillita dorada que tenía siempre algún timoncito y lo enganchaba...

(Me acordé)

YO: ¡Ahhh! Usted dice los que usa Stronatti.

DOLINA: ¡Los que usa Stronatti! ¡Claaaro!

(Golazo)

DOLINA: ¿Vio los cintos que usa? Y que se le dan vuelta atrás. Como la cinta de Moebius. Y son medio botonazos esos cinturones, porque son a veces de un color de un lado y de otro color de otro. Entonces usted ve la hebilla y ve que el cinturón arranca colorau... y a la vuelta viene azul. Se le da vuelta. Pero Stronatti pasa presillas por alto. Vio que en el interior se usa. Como el usa el pantalón muy abajo, no usa las presillas del pantalón, sino que deja, digamos, unos diez centímetros de pantalón sobre el cinturón y el pantalón se vuelca sobre el cinturón. Es como se usa allá en el campo. Sigamos: para dar el tono varonil tan buscado, se ha elegido una cama de madera lustrada que forma una base compacta con cantos redondeados. ¡Ahhh! pa' no romperse las canillas. Cubierta con un sobrio 'patchwork' donde el tono de fondo es el lacre. En el mismo color que se utilizó para las repisas, una silla que sigue la gama adoptada con un asiento tapizado, dos lámparas con base de cerámica, un cuadro en el respaldo... ¡Vamos mal! ¿eh?. ¿Qué es esto de dos lámparas, el almohadón? ¡Vamos viejo! ¿Qué es este tipo? ¡Es un lechuguino, un pisaverde!. Donde duerme un hombre tiene que haber un poco de mugre, vamos a decirlo con todas las letras. En la mesa de luz, medio sánguche, porque por ahí el tipo va a la noche y se lleva un sánguche para morfar ¿eh? Y medio vaso de novi. Libros tirados en el suelo abiertos... pa' marcar la página el tipo los deja en el suelo abierto en la página con el lomo pa'rriba ¿me entiende?

YO: Mmmmm...

(No sé que decir)

DOLINA: Abierto en la página que está leyendo.

YO: Más medias.

(Chiste repetido)

DOLINA: Más medias de vieja data... debajo de la cama ni miremos... zapatillas, porque el tipo va a jugar al fóbal o algo. Zapatillas que están ahí con unas medias... más o menos tipo mitad de temporada, cuando ya se han jugado catorce, quince partidos, que todavía es muy pronto para lavarlas. Y están ahí las medias, casi en actitud rampante, como si se dispusieran a saltar. ¡Esta es la pieza de un hombre!

YO: Definitivamente.

(¿Lo hice bien?)