Como ex-miembro del Círculo Hermético, no podía menos que apelar a una metáfora cinematográfica.
-Jorge, si segunda partes nunca fueron buenas ¿qué se puede esperar de una tercera?
-No seas jodido, che
-¿Estás seguro que Oskar quiere que vuelva?
-Él insistió.
Mientras Guinzburg me clavaba la mirada. Carlos Abrevaya revolvía el café y miraba el remolino que provocaba la cucharita en el pocillo..
-No sé, petiso
-Estamos armando el equipo creativo y vos sos el mejor creativo que conozco.
-Pero Oskar ya me rajó una vez...
-Oskar está con muchas pilas y tiene un montón de ideas nuevas, vos sabés como es él...
-Por otra parte- interrumpió Abrevaya- armamos un buen equipo. Ya están adentro Jorge Listosella y Mario Mactas va a escribir desde España.
-Tendría que hablar con Oskar. No es por nada, yo con ustedes no tengo problema...
-Olvidate barbudo, lo pasado pisado, Oskar quiere que estés ahí.
-No querrán reunir al Círculo Hermético ¿no?
Abrevaya resopló y Guinzburg largó una carcajada.
-El Círculo Hermético. Qué maravillosa idea ¿no?
-Maravillosa, sí
-Maravillosa pero facista- completó Guinzburg.
-Claro, como Oskar, que es fascista y maravilloso- completé yo.
Los tres nos reímos de buena gana.
-Sos un turro- susurró Guinzburg
-Más o menos...Che, pero ustedes no están trabajando con Tato Bores.
-Estábamos- dijo Abrevaya con cara de pocos amigos
-Vos sabés como es Tato- intervinó Guinzburg -muy ansioso y ninguno de nosotros tiene teléfono. Nos explicó que el necesita gente que tenga teléfono para poder hablar en la mitad de la semana. Así que nos rajó. Pero está todo bien con Tato.
-Aquí estamos, para hacernos ricos y famosos.
La primera reunión creativa a la que asistí con suma curiosidad me hizo recordar los viejos tiempos. Había ganas, empuje y ambiciones.
-Vamos a patear el tablero. Satiricón va a revolucionar otra vez el periodismo. Quiero algo feroz, sin límites...
El discurso era hipnotizante y Oskar seducía no sólo a los viejos integrantes de Satiricón, sino también a las incorporaciones.
En un principio la tercera etapa rompió todo. El primer número salió en noviembre de 1983 "Satiricón volvió para que usted se muera de risa si es que todavía esta vivo", decía la tapa. El arranque había sido bueno, pero a medida que los números pasaban "algo" no funcionaba.
-Listosella, tenés menos sentido del humor que un cura ¿qué pasa viejo?. El informe sobre la vida sexual de los discapacitados fue un plomo.
Oskar sentado en la cabecera dirigía la reunión.
-Recibí felicitaciones por la seriedad con que fue realiz...
-Si, ya sé. Te felicito. El próximo informe mandalo a "Selecciones"
-Me gustaría hacerle una nota a...
-Aflojen con las notas. Lo de "Satiricón Interviú" está bien, pero más reportajes no.
-Oskar, tengo un personaje de historietas.
-No Maicas, te quiero imaginando cosas, no dibujando, porque quiero otra clase de dibujo, más europeo. ¡Que el dibujo tenga movimiento!
-Tengo en mente una investigación sobre los alfabetizadores...
-Claaaro y después sacamos un informe sobre las brigadas que van a recoger café a Nicaragua. ¿Qué pasa viejo? Esto es "Satiricón", no la revista de un Centro de Estudiantes- Oskar se ponía loco.
-Leí la nota de Mactas- informó Guinzburg.
-¿Y?
-Mucho gazpacho, pero a la gente le va a gustar ver una cara de la vieja época.
-¿Sigue con el berretín de los caballos?
Oskar estaba tan verdugueador como de costumbre. Conmigo no tenía problemas: me ignoraba olímpicamente.
-Miren, yo no tengo problemas con que hagan radio...mientras la revista no se resienta.
Guinzburg y Abrevaya (Ortega y Gasset) tenían un programa de radio junto con Jorge Listosella, en el cual pasaban revista a los hechos de la actualidad, Blotta no se bancaba la situación y los volvía locos.
-Mañana hay reunión creativa a las diez de la mañana -los tres delincuentes se miraban.
-Oskar, el programa termina a las 9.
-Tiempo de sobra. ¡Tienen una hora para llegar!
-Está bien Oskar.
"En ayunas". Ese era el nombre del programa que comenzaba a ocupar el tiempo que Blotta pretendía que fuera exclusivo para Satiricón.
LOCUTORA: Estas son las noticias de penúltimo momento.
GUINZBURG: El popular productor Gerardo Sofovich, luego de ver la actuación de Vicente Saadi en el debate que mantuvo con el canciller Dante Caputo ha decidido ofrecerle al senador la conducción de un nuevo ciclo televisivo. Se llamaría "Operación Ga Ga".
Guinzburg estaba en un momento brillante, Abrevaya lo seguía con su estilo siempre más reflexivo y Listosella era el complemento perfecto. "En ayunas" crecía en audiencia, Satiricón, en cambio, no encontraba el punto justo. La gente quizás no estaba preparada o "Satiricón" estaba desubicada.
"Pachequito se murió. Hizo bien." Ese título provocó que los miembros del ambiente artístico se escandalizaran con la revista. Osvaldo Pacheco había sido un actor cómico con un ciclo televisivo de relativa fama, su hermano era uno de los miles de desaparecidos que la dictadura había provocado y Pacheco era un tipo muy querido en el ambiente. Es decir que, "Pachequito se murió. Hizo bien." era demasiado cruel y arbitrario. Además del despelote externo (Enrique Pinti no le dio reportajes a Editores Asociados durante años), aquél título provocó malestar en el equipo creativo. Algunos de sus miembros consideraban que la revista no tenía límites y que la cosa se estaba yendo al diablo.
-Bien, ¿ya estamos todos?
-Falta Maicas.
-Bueno, vamos a esperarlo.
La reunión había sido convocada para las diez y a las diez y cuarto Maicas todavía no había llegado.
-¿Le avisaron?- preguntó Blotta
-Sí- contestó Guinzburg, mientras terminaba de escribir un chiste que se le había ocurrido para "En ayunas".
-¡Hola!- exclamó Maicas mientras entraba a la oficina con una sonrisa de oreja a oreja, apoyaba su bastón ortopédico y se sentaba trabajosamente.
-Escuchame- explotó Blotta -son las once menos cuarto. ¿No podrías haber llegado un poco antes?
-¿Sabés que pasa Oskar? Estaba tan lindo el día que me vine caminando.
Oskar se quedo mudo, como si fuera una comedia de enredos, la mitad del equipo creativo salió de la oficina para largar la carcajada.
-Mirá Jorge, me salió laburo extra y además tengo cosas atrasadas de publicidad...- Maicas buscaba la forma de avisarle a Guinzburg que se iba.
-Bueno Eduardo, podemos...
-No Jorgito, espero que no lo tomes a mal, pero me voy.
-Es por la revista ¿no?
-Si, por la revista y porque... no sé por qué no me siento cómodo.
-Está muy gorila ¿no?
-Sí, bastante.
Aquella tarde soleada y plácida, Guinzburg y yo caminábamos por Barrio Norte. Jorge me adelantaba el final de su ciclo en Satiricón.
-Uy, mirá que lindos pibes -Guinzburg había interrumpido su monólogo para charlar con una madre que empujaba un cochecito doble- son hermosos... ¡ajó, ajó!
La madre se babeaba y Guinzburg seguía el jugueteo con los gemelos. El cuadro era enternecedor. Entonces Guinzburg miró a la madre de los chicos y preguntó:
-¿Son hermanitos?
"Satiricón" intentaba ser fiel a su historia, quizás por eso buscó sangre nueva y personajes sorpresivos. Fui testigo de como Jorge Guinzburg convenció al padre Lombardero, un famoso cura de la televisión para que escribiera una columna en nuestra revista que "está poseída por el diablo, es horriblemente inmoral... por eso necesitamos de su palabra Padre ... " Y juro que Jorgito lagrimeaba mientras lo convencía.
También convocamos a colegas que en las épocas de Lopecito estaban en edad escolar y para los cuales ser llamados para escribir en la revista era todo un galardón . Así comenzaron a publicar Roberto Pettinato, Boby Flores, Eduardo de la Puente y otros tantos alocados jovenzuelos.
Oskar me miraba con actitud conformista. Yo me sentía seguro. Por lo menos me iba a dar el gusto de irme antes de que me rajara otra vez.
-¿Vos también te vas? Todos me abandonan.
-Maicas se fue medio harto, pero el resto sigue adentro...
-Por ahora. Pero me van a traicionar. Lo sé, lo presiento. No los culpo. Carlitos y Jorge están más metidos con la radio. Si deciden irse no los voy a retener. Son sus carreras.
-¿Qué va a pasar con Sati?
-Es un ente independiente, con vida propia, no depende de cierta gente...
